El concepto fast fashion, altamente integrado en el sector de la industria textil, implica la producción masificada de prendas low cost que pasan de moda con facilidad, accesibles pero transitorias. Esta evolución del consumo nos hace cuestionarnos, ¿Qué repercusión tiene este tipo de exceso sobre nuestro planeta? ¿Cómo podemos ser más responsables en nuestras compras diarias? ¿Qué condiciones laborales tienen las personas que elaboran nuestras prendas?

Esta producción desatada ha desembocado en grabes problemas a nivel medio ambiental. En primer lugar, acorde a la ONU la industria de la moda produce el 20% del agua residual global, lo que supone una ingente cantidad de agua dedicada exclusivamente a este sector. Además, cabe mencionar, que ese agua generalmente está contaminada por químicos, utilizados para la obtención de distintas tonalidades, colores brillantes etc. Una solución para disminuir notablemente los efectos adversos generados sobre el medio que lo alberga es fomentar la utilización de tintes naturales, derivados de vegetales y minerales. Debemos tener en cuenta que el agua contaminada arrojada a ríos o arroyos provoca un gran impacto ambiental no solo en el foco en que se vierte sino también en los suelos, ya que a través de la filtración se ven afectados distintos niveles del terreno, por lo que los daños se maximizan.

La actual tendencia de la moda nos afecta en todos los sentidos. Una gran demanda de producción a precios insostenibles supone un recorte en la cadena de suministro, lo que produce la desvalorización no solo de la prenda en si misma a nivel de calidad sino de los recursos humanos dedicados a su producción. Como podemos apreciar es un ciclo de malas decisiones en el que nosotros como consumidores tenemos la preciada oportunidad de decidir cómo queremos que se gestione este tipo de industria. Ya que si nos interesamos por cómo se elabora el producto y decidimos a partir de esa base que tipo de consumo queremos realizar, garantizaremos unas condiciones laborales dignas para aquellos que lo confeccionan.

Uno de los objetivos de Zocco Handmade es precisamente eso, la transparencia. Dar la oportunidad a nuestros clientes de saber exactamente qué están comprando, desde la obtención de materias primas hasta su entrega. Queremos ofrecer la seguridad de un consumo responsable, para poder ver el trasfondo que tanto empeño se ha puesto en esconder y, a raíz de ello, decidir qué tipo de negocio quieres fomentar con tu compra.

Como Zocco, hay muchos proyectos y marcas que nacen con la intención de crear una industria responsable y alcanzable para todos. Por eso, para ayudarnos en la tarea de ser más sostenibles cada día, existe el blog llamado El Bien Social, un espacio donde leer sobre moda sostenible y descubrir maneras para conseguir crear impacto positivo a través de nuestras compras.